SOBRE MÍ
¡Hola! Mi nombre es Patricia y soy una persona que descubrió que se podía sanar a si misma (¡claro sanarse a si misma pero con ayuda!) y en este camino personal fui descubriendo que las cosas que he aprendido también le sirven a otros. Es por eso que estoy aquí, para compartirte mi experiencia esperando que eso te pueda ayudar en tu propio camino.
¿Cuándo empezó este camino? Cuando tenia cerca de 26 años me dio una fuerte tendinitis en las piernas durante un viaje. Cuando llegue nuevamente a Bogotá, dónde vivo, el dolor empeoró y no me dejaba dormir. Yo empecé a buscar soluciones por donde podía, primero con pastas cada vez más fuertes y después incluso con infiltraciones. Nada de eso disminuyó el dolor. Afortunadamente ya alguna vez había intentado la acupuntura, y eso junto con el yoga- el cuál llevaba practicando desde los 21 años -fue lo que más me ayudo. Con esas cosas logre que la tendinitis se fuera, pero aún me dolían las rodillas. Y mientras seguía en acupuntura y yoga tratando de manejar el dolor, tanto mi acupunturista como mi profesora de yoga me dijeron que era hora de prestarle atención a mis emociones. Al principio no entendí, ¿Mis emociones? ¿Qué tiene que ver eso con mis problemas de rótula? Pero aunque yo insistía que todo estaba bien (llevaba una vida aparentemente buena, carrera, trabajo, amigos…) en el fondo sabía que las heridas del pasado seguían ahí y solo dejar pasar el tiempo no era la solución.
Las cosas continuaron así, hasta que los planes de la maestría que quería hacer no salieron. En este punto yo sabía que las piernas se relacionaban con seguir hacia adelante y sentía que yo misma me estaba deteniendo. En ese momento decidí ir a una psicóloga… “Ella hace la terapia normal pero al final te pone una piedritas” eso era lo que me había dicho la persona que me la recomendó. A medida que pasaron las sesiones me fui sintiendo mejor y aunque no entendía que eran las piedritas- y si te soy honesta a veces hasta me generaban sospecha- lo que estaba haciendo parecía funcionar. Y con el tiempo entendí que había dolor y rabia y que a través de los años yo había reprimido esos sentimientos y lentamente eso se fue acumulando. Y cuando finalmente le di espacio al dolor y a la rabia, pude empezar a liberar todas esas emociones que de a pocos me habían ido encerrando en mi misma.
A medida que paso el tiempo fui incorporando la meditación cómo una práctica constante en mi vida (antes la practicaba solo cuando iba a yoga) y entendí que la terapia con piedritas era sanación con cristales. Este camino me llevo a empezar mi entrenamiento como sanadora en 2018. Al principio siempre cuestionándolo todo porque mi experiencia con la religión no había sido la mejor como adolescente y por mucho tiempo me había cerrado a muchas cosas. Y además de abrirme a este conocimiento también me empecé a estudiar del mundo del desarrollo personal y de la espiritualidad (¡antes ni siquiera me atrevía a comprar un libro de autoayuda!).
Y es que todos sabemos que aunque nuestra vida parezca estar bien por fuera, por lo general tenemos cosas que no nos hemos permitido sentir, que no hemos perdonado o que no hemos liberado.
No pretendo decirte que tengo todas las respuestas, creo que es una camino de aprendizaje que no tiene fin. Pero si resuenas con mi mensaje estaré feliz de aportarte herramientas y conocimientos y ojalá poder aportar a tu camino.
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